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¿Qué pasa si no desconectas?



No puedo desconectar y lo pagan quienes menos culpa tienen...¿Qué pasa cuando me llevo los problemas a casa?

En un momento u otro de las sesiones que imparto, lanzando formulas para ser emocionalmente inteligentes, bien sean para desarrollar habilidades en la empresa, o con emprendedores, o en las escuelas con profesorado, bien sean en talleres, cursos o conferencias, siempre sale esa pregunta.

Y la respuesta es sencilla: pasa que se contagia tu mal humor y se genera ese malestar que a nadie, ni a ti mismo le va bien tener.

Porque las emociones se contagian: La señal emocional es necesaria para cambiar o adaptar nuestro comportamiento a los cambios del contexto y tiene como función ayudarnos a conseguir nuestras necesidades intra e interpersonales tanto a corto como largo plazo (Stegge y Terwog, 2007 ).

Así que hay que tener en cuenta:

1. Tener emociones está bien, aunque no sean positivas.

2. Hay que hablar sobre el tema. Las emociones no deben reprimirse o esconderse. No dejes a la imaginación del otro el averiguar qué es lo que te pasa.

3. Cuéntalo con humor: El asesor laboral más famoso de Alemania, Martin Wehrle tiene otra fórmula: Él hace que sus clientes describan la situación de la manera más exagerada que puedan. El resultado es tan grotesco que, al final, los clientes acaban partiéndose de risa. También ésta es una buena técnica.

Cuanto más tiempo lleves una carga, más pesará.

Hace como unos tres años llegó a mis manos este ejemplo. Ahora lo recupero. Léelo y saca tus propias conclusiones.

"Una psicóloga en una sesión de gestión de estrés levantó un vaso de agua, todo el mundo esperaba la pregunta: ¿Está medio lleno o medio vacío? Sin embargo, ella preguntó ¿Cuánto pesa este vaso? Las respuestas variaron entre 200 y 250 gramos. Pero la psicóloga respondió: "El peso absoluto no es importante, depende de cuánto tiempo lo sostengo. Si lo sostengo 1 minuto, no es problema, si lo sostengo una hora, me dolerá el brazo, si lo sostengo 1 día, mi brazo se entumecerá y paralizará. El peso del brazo no cambia, pero cuanto más tiempo lo sujeto, más pesado se vuelve. Y continuó: " El estrés y las preocupaciones son como el vaso de agua. Si piensas en ellos un rato, no pasa nada. Si piensas un poco más empiezan a doler y si piensas en ellos todo el día, acabas sintiéndote paralizado, incapaz de hacer nada. Es importante acordarse de dejar las tensiones tan pronto como puedas, al llegar a casa suelta todas tus cargas. No las acarrees días y días. Acuérdate de soltar el vaso!" (Fuente: www.universonature.com)

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