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¡Que no te den puerta!


Carlos tiene 55 años y ha trabajado más de 20 como cocinero. Cuando le preguntas qué busca en el curso que está haciendo de habilidades sociales, te responde encontrar un trabajo. Dice:

“Cuando me presento para alguna entrevista, enseguida me dan puerta”

Y le pregunto “¿cuál es el motivo por el que crees que eso ocurre?

“Soy demasiado viejo” responde.

La desesperanza se ve en sus ojos cuando baja la mirada al suelo. Y algo en mi interior se desploma y me duele: empatizo, poniéndome en sus zapatos, con lo que está viviendo.

Carlos y sus compañeros de curso, siguen un itinerario formativo que les ayudará a reanudar su actividad laboral. Ellos también me cuentan con tristeza y por qué no decirlo, con rabia, la impotencia que sienten ante la situación que están viviendo “es frustrante” dicen.

Su autoestima, está bajo mínimos. Necesitan una luz de optimismo.

Esto es algo que suelo encontrarme. Y he de decir que cada día, mi listón está más alto, porque representa un reto motivador, dar herramientas clave a otras personas para que puedan afrontar la realidad social que tenemos. Pero sin rodeos. Por que no hay tiempo que perder. Son herramientas útiles. Poca teoría y mucha práctica (Método NSR para la Educación Emocional).

Comienza entonces mi trabajo: entrenar habilidades para la Educación Emocional de los adultos. En este caso, consiste en hacerles descubrir que, a pesar de estos malos tiempos, cada uno de nosotros somos nuestro mejor recurso para recuperar la energía y tirar adelante. Carlos y sus compañeros, logran en apenas 5 sesiones, recuperar la confianza en sí mismos. El 1er ejercicio es hacer su lista de fortalezas. Lo mejor de cada uno ha de salir a flote y recodarlo de forma constante. El 2º Empezar a entrenar sus habilidades orientándolas a su objetivo: Encontrar un trabajo.

A partir de ahí se crea una energía que propicia otro estado de ánimo. Uno que les genera una visión más clara de lo que son: recuperan su IDENTIDAD. Esa que se ha formado a lo largo de los años y que ¡no debemos permitir que nadie, absolutamente nadie, nos robe!

El cambio es evidente: su imagen y su comunicación no verbal se alza al recuperar la autoconfianza, y recuerdan (porque lo habían olvidado) sus valores. Esos que pueden aportar, no sólo en sus entrevistas, sino también en ese puesto de trabajo para el que pueden ser candidatos.

Sus miradas muestran poco a poco ese brillo que se tiene cuando nace de nuevo la ilusión.

Carlos, hoy, ya está trabajando como jefe de cocina en un restaurante. Sólo han pasado 10 días desde que le he conocido. ¡Me siento feliz por su éxito!

Y a ti que lees esto… si quieres ser emocionalmente inteligente para que “no te den puerta”...

Recuerda tus FORTALEZAS, saca a flote tu IDENTIDAD y entrena tus HABILIDADES


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