Bajarse del ejecutivo para subirse a la Educación Emocional

El ejecutivo en la educación "viste diferente" al de la empresa, y bajarse de él para subirse a la Educación Emocional, supone el pequeño esfuerzo de confiar y dejarse llevar con el deporte del alto rendimiento que se practica con el Método NSR.

Hace poco, tuve el placer de compartir una sesión dirigida a directores de centros Educativos ( escuelas, colegios y llards de Infants). Sabéis que el marco desde el que trabajo ( o puedo decir disfruto ) siempre es la Educación Emocional.

Así, la sesión de 6 horas de Gestión del Tiempo se convierte en ese gimnasio para entrenar habilidades, que no deja indiferente a nadie. Y debo añadir que la gestión del tiempo es uno de los mejores caminos para aprender a regular las emociones.

Con un espacio en sala, como si de un polideportivo se tratara, hacemos el deporte de desprendernos, poquito a poco, de prejuicios, miedos y hasta del sentido del ridículo, para muscular las emociones y desentumecer habilidades ( esos grandes recursos personales, a veces olvidados).

Poco a poco, el ejercicio de mantener la atención es cada vez más potente. ( la música que suena de fondo, ayuda... vamos que si ayuda!).

Las claves, por si te sirven a tí que lees, son sorprender, romper hábitos y monotonías e impactar en las emociones como si se hiciera hervir toda el agua del cuerpo. Es lo que da el método particular que creé, a través de prueba y error, investigación y suma de experiencias.

El impacto de la sorpresa, la sonrisa que provoca el juego, y el contacto permanente con las emociones que surgen, estrechan el vínculo de la cohesión en los equipos de personas.

Ya lo dice la PNL ( Programación Neurolingüística): hacer cosas diferentes provocan resultados diferentes.

Y de ese modo, como por arte de "birlibirloque" lo que esperaban mis ejecutivos en sala, se convierte en herramientas para ellos, para su vida, para su trabajo, e incluso para enseñar a los más pequeños y jóvenes.

Así se empieza el viaje hacia el bienestar. En este caso para gestionar el tiempo. En otros, para prevenir el estrés, para dirigir equipos de personas., para potenciar el liderazgo, o para redescubrir la autoestima.